octubre 25, 2019
Solo lo digo porque suenan como si fueran ciertas.
Tengo excusas como si fueran pensamientos racionales, como por ejemplo que no puedo lograr ése nivel, o hace mucho frío para correr afuera o mejor duermo un par de horas más.
O que estoy muy viejo, ya no estoy en edad para aprender algo nuevo.
Puede tener excusa tras excusa, y en realidad es mucho más fácil tener una excusa que hacer lo que dije que iba a hacer. Es fácil quedarse pegado en excusas y no actuar.
Porque si uno actúa, si uno hace, cuesta, duele y cansa.
Pero ahí es dónde está el secreto del logro, lo reconfortante del proceso y del resultado.
Cada vez que hacemos algo por nuestro bien, o por el bien de los demás, crecemos y mejoramos.
Salir de nuestra zona de confort nos lleva a otro nivel. Superamos el nivel que mentalmente nos pusimos y nos damos cuenta lo fuerte que somos por dentro.
Aprendemos de la experiencia para así no cometer errores la siguiente vez, y seguir mejorando.
Ganamos o aprendemos, es así de simple.
Pero eso no lo logramos si nos vamos a la segura, si nos quedamos en la comodidad, y si siempre aceptamos tener excusas.
Todos tenemos una lista de excusas listas. No importa.
Mata las excusas. Entiérralas. Y empieza a desafiarte.
No importa la excusa, sólo bloquéala.
Porque hacer, actuar e intentar, le ganan a todas las excusas. Todas las veces.
Sigue mejorando, es el único camino.
-Pável Sáenz